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Sororidad, hermandad entre mujeres

Por: Jania Rodríguez Desde hace un tiempo he estado practicando mucho la observación de mi entorno, de quienes me rodean y su forma de relacionarse con los demás, evitando la critica verbal y mental, analizando el por qué y el dónde vienen mis estructuras mentales, cuestionando mis ideales, sistema de creencias, además de lo que considero es el “deber ser”.


El colegio de mis hijos, es de los sitios en los que más comparto con otras mujeres, de diversos países, estrato social, nivel de estudios, etc. Desde hace muchos días, cuando voy al colegio, me mantengo en silencio sólo escuchando lo que comentan unas mujeres de otras. Siempre se forman pequeños grupos de madres, a la espera de que los niños salgan de clases. Hoy deseo compartir que me ha parecido increíble, todo el tiempo y energía que a veces invertimos en criticar a otras mujeres de forma despiadada e inhumana, muchas veces creyendo ser dueñas de la verdad. Uno de esos días, pude escuchar como prácticamente descocían a una mamá de un compañero de mi hijo, por como iba vestida, la forma en la que llevaba su cabello, las relaciones que ha tenido, la manera en la que habla, la crianza de sus hijos, etc.


Todo esto me lleva a preguntarme, ¿qué sentido tiene tanta critica entre unas y otras? ¡Esto sólo nos separa, solo crea brechas entre nosotras! Nos debilita. Las mujeres somos mucho más que la crítica constante, somos fuente de creación, somos amor, hermandad, empatía, compasión.


Pensemos por un momento que ese ser al que juzgamos como mala madre o mala mujer, por andar desarreglada, por tomar decisiones diferentes en cuanto a la crianza de sus hijos o por simplemente no encajar en el molde de lo que consideramos debería ser, puede estar pasando por momentos difíciles en su vida. Quizás no cuenta con un circulo de apoyo, con amigas que sirvan de contención para ella que le animen a empoderarse y creer un poco más en sí misma y así elevar su autoestima. Puede estar siendo victima de algún tipo de violencia, tantas cosas que podrían estar pasándole. ¿Qué tal si en vez de criticar, pensamos en cómo ayudar? Ser parte de la solución y no del problema.

Creo en la idea de que las mujeres podemos hacer vida como un colectivo firme, orientado a ayudarnos y a enriquecernos emocional y psicológicamente. Juntas somos mucho más fuertes que por separado, es formando alianzas de hermandad y solidaridad como crearemos un auténtico cambio en nuestra sociedad. Cada una, desde el lugar en el que estemos, podemos sostenernos, repararnos y construirnos entre sí. De esto trata la sororidad, un pacto emocional, social y ético construido entre mujeres.


Te invito querida mujer que me lees, a que seas el cambio que quieres para el mundo, a que te relaciones con tu entorno mucho más desde la empatía, solidaridad, compasión y menos desde la critica y el juicio sin sentido. La sororidad es una revolución que va desde adentro hacia fuera, tomando conciencia de lo que somos, de lo que merecemos y del cambio que deseamos en nuestra sociedad, así que trabajemos en una mentalidad realmente transformadora.


Con amor y gratitud.


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